martes, 24 de julio de 2012

La Duda de los Mexicanos



"Para manipular eficazmente a la gente,
es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula."
John Kenneth Galbraith (1908-2006)

A decir por los filósofos y los estudiosos de la psicología (aquí utilizaré lo descrito por GARCÍA LÓPEZ, Editorial Rialp, Gran Enciclopedia Rialp, 1991), la duda es inherente al ser humano, más allá de las evidencias y certezas que tengamos, dada la imperfección de nuestras facultades cognoscitivas, así como la falta de firmeza de nuestras tendencias, es inevitable que la duda nos agarre en muchas ocasiones.

La duda se puede clasificar y tipificar, puede ser teórica o práctica, positiva (en sentido aristotélico) o negativa, metódica, escéptica, provisional o no definitiva y al mismo tiempo, puede ser universal (llamada cartesiana). Es a la universalidad de la duda a lo que me referiré en este espacio para explicar el éxito de Andrés Manuel López Obrador tanto en la contienda electoral como en su actitud poselectoral, después de haber pasado seis años en el desánimo de la gente y de que su campaña no levantaba el ánimo de la población en general y de sus seguidores en particular.

Según Descartes en su Discurso del Método, 3a y 4a parte, y Meditaciones metafísicas I, nos explica por qué ante los escépticos y los que dudan por dudar sistemáticamente, tuvo la necesidad de generarse una “moral provisional” antes de entregarse a la duda, nos dice: “Por eso, a fin de no permanecer irresoluto en mis acciones, mientras que la razón me obligara a estarlo en mis juicios, y para no dejar de vivir lo más felizmente que pudiese, me formé una moral provisional, que consistía sólo en tres o cuatro máximas: 1) Como los sentidos nos han engañado alguna vez, vamos a suponer que nos engañan siempre y que, por consiguiente, resulta dudoso todo lo que se base en el testimonio de ellos. 2) Como muchas veces hemos soñado y creíamos ser verdad lo que veíamos o vivíamos sólo en sueños, vamos a suponer que soñamos siempre y que no tenemos ningún criterio seguro para distinguir la vigilia del sueño. 3) Como a veces nos hemos equivocado razonando, incluso en cuestiones bien sencillas de geometría y otras por el estilo, vamos a suponer que nos equivocamos siempre en nuestros raciocinios y demostraciones. 4) Por último, como es posible que exista un geniecillo maligno, todopoderoso y engañador, del cual dependamos y que emplee toda su astucia en engañarnos, no podemos estar nunca seguros, ni siquiera acerca de los juicios más evidentes”.

En México, desde el origen de nuestra historia, a los mexicanos nos ha invadido la duda colectiva y personal en muchos capítulos de la vida nacional, desde la etapa de conquista, la colonia, la independencia, la revolución, la posrevolución y la transición a la democracia. Resultado de esa duda, traducida en desconfianza, podemos el día de hoy decir que NO tenemos ante nosotros un panorama nada prometedor, tan sólo en la Consulta Infantil y Juvenil 2012 que realizó el IFE a niños y jóvenes de 6 a 15 años de edad, en promedio 9 de cada 10 de estos confían en sus padres, 8 de cada 10 en sus maestros, 7 de cada 10 en la policía y apenas 5 de cada 10 en sus vecinos. Sin embargo, al preguntarles por quien NO confían, tristemente observamos que en quienes menos confían es en las personas con las que originalmente debieran compartir los problemas públicos más inmediatos, con quienes debieran ponerse de acuerdo para mejorar las condiciones de infraestructura, servicios públicos, civismo y amistad de su lugar de residencia y con quienes debieran de manifestarse ante las arbitrariedades de las autoridades por no mejorar su entorno, me refiero a los vecinos, pues entre los niños de 6 a 9 años NO confían en sus vecinos el 31.30%, entre los 10 a los 12 años el 54.60% y entre los 13 a los 15 años, no confían en sus vecinos el 66.20%.

Ante esta falta de confianza entre los mexicanos que viven a nuestro alrededor se suma la desconfianza en los partidos políticos, en quienes confían apenas 2 de cada 10 mexicanos y donde casi 9 de cada 10 pensamos que si uno no se cuida así mismo, la gente se aprovechará de nosotros (Encuesta Nacional de Cultura Política y Prácticas Ciudadanas 2008 – 2010).

Si adicionamos a esta gran sumatoria el desgaste institucional que vivió el PRI a lo largo de su historia, por innumerables errores, a la creciente oposición que ha tenido en las urnas (En 1994 votaron en su contra 18,103, 640, en 2000, 24,021,900, en 2006, 32,489,881 y en 2012, 31,096,369) y que ha dejado crecer en el ánimo nacional, por no combatir el discurso político de sus adversarios con la descripción y defensa puntual de todas las acciones y aciertos que ha realizado en el mismo periodo y lo que es más, lo que ha realizado como oposición, entonces, podremos acercarnos a la misma conclusión a la que ha llegado el PRD en esta elección, y que ya le ha retribuido desde su creación, el culpable de todos los males del país, la corrupción, el mal uso del poder público, el autoritarismo, la intolerancia, la ineficiencia, la ignorancia, la creación de la pobreza, la mala calidad de la educación, la inseguridad y el narcotráfico, el mal manejo de la economía y sobre todo, la práctica del fraude electoral y la compra de votos, se la debemos al PRI.

Es a partir del conocimiento de la duda de los mexicanos, de su nivel educativo precario y de la expresión de estas dos condiciones en los medios de comunicación globales como son las redes sociales, que Andrés Manuel López Obrador encontró la llave mágica para revertir su desprestigio en la sociedad mexicana y lo que es más, la duda que embarga a muchos mexicanos, sobre su desmedida obsesión por el poder.

La estrategia de AMLO está más que clara, apela a la “moral provisional” para generar confusión de lo que sabemos hacemos todos, dudar de nosotros mismos.

Bajo esta estrategia, alimentó su “moral pública provisional” con la chispa social que prendió después de la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana y que propagó, hay que decirlo, nuestro ilustre Pedro Joaquín Coldwell. Fue a partir de ese momento en que su campaña revirtió las tendencias electorales (más allá de las encuestas), en que su “moral pública provisional” se fortaleció con la moral pública de jóvenes que bien intencionados, fueron usados a la postre como su arma mortal para contrarrestar a sus adversarios, pues no sólo podía manejar el segmento del electorado que representaba Enrique Peña Nieto al ser el candidato más joven, sino que en automático, encontraron la forma de hacer que los medios de comunicación nacionales, locales e internacionales, miraran el apoyo que podía lograr a su favor y en contra del puntero.

De esa inequidad en el manejo de la información pública a su favor y en contra de EPN no es moralmente permisible hablar (por la misma duda hacia el PRI), sus apoyos incondicionales en el periódico La Jornada, la Revista Proceso y un sin fin de medios electrónicos tampoco, pues quedó de manifiesto que todos los medios de información posibles del país y fuera del mismo, hablaban de lo moralmente correcto, que era, achacarle al PRI y a su candidato, TODOS y cuando digo TODOS son TODOS, los males del país.

Hoy, quienes no ven a AMLO con la misma actitud de 2006 se equivocan, él NO está presente físicamente en las manifestaciones públicas, pero sí las orquesta y las dirige, con lo que paradójicamente dice está en su contra, los medios de comunicación. Si no lo creen, vean la cobertura de sus conferencias de prensa diarias, el contenido de sus mensajes, el manejo de las masas y su lenguaje corporal.

Hoy México, peligra seriamente hacia el futuro, los niños y los jóvenes no creen en sus vecinos, los universitarios no creen en las instituciones, los electores no creen en el voto de la mayoría, los partidos políticos no creen en sí mismos y lo que es peor, muchos creen en las dudas que alimenta Andrés Manuel López Obrador.

Sólo espero que la confianza en la familia sea lo que nos pueda sacar adelante, ahí nació la sociedad y ahí muere nuestra sociedad. Por ahora, los invito a que no creamos en el viejo dicho de Joseph Goebbels Una mentira repetida muchas veces, eventualmente se convertirá en verdad”.





Mtro. León R. Lizárraga Cubedo
Presidente de Democracia Social AVE, A.C. en
Quintana Roo

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